Mi Navidad fue fabulosa. Por fin pude pasarla con mi viejo después de 48513 años y con mi abuelito, ee! ee! ee!. Los dias posteriores han tenido de dulce y amargo: Jorge se fue pero me quedé con mi abuelito.

En éstos pocos dias he logrado aclarar muchas cosas q habían pasado por mi cabeza y mi corazón durante éste año y q me pesaban y, a pesar de q algunas consecuencias no son las mejores para mí, sí me doy cuenta q es la mejor elección q puedo hacer y q tengo la esperanza e ilusión de q el proximo año lo voy a empezar con el pie derecho, bien puesta sobre mis propios cimientos e interiormente más tranquila y equilibrada (sanada), por q me he dado cuenta q mis cuestionamientos esos de q ¿por q siempre hay pasteles alrededor mio? y q si ¿acaso seré yo el problema? siguen siendo sólo una etapa de aprendizaje y, sin duda, q tengo miles de defectos pero q ya son parte de mi y q siempre estarán, podrán suavizarse pero no son erradicables pq en el minuto en q desaparezcan probablemente dejaría de ser yo... se entiende?. No quiero q ésto parezca un discurso egocéntrico, al punto q voy es q por fin he logrado reconciliarme conmigo misma después de haber pasado por momentos críticos de introspección. De repente es necesario darse tiempo para uno mismo, analizarse y realmente ver q es lo q quiero y lo q no quiero, lo q necesito y lo q desecho, con quienes me quiero rodear y q es lo q me hace bien. He logrado decir y poner termino a cosas q me duelen, pero q es lo mejor y lo mejor de eso es q me siento preparada para romper lazos e iniciar unos nuevos. Nuevamente paso por la etapa de regalar sonrisas sólo por regalarlas, de abrazar a la gente y querela más q antes y sentorme satisfecha por q me siento más grande q antes con más ganas de aprender y de entregar y agradecida de todo lo q tengo y más agradecida aún por q veo q cada dia soy más capaz de alcanzar mis metas y proyectos con mi trabajo y contando con el apoyo de la gente q quiero.

Me siento en paz y presta a iniciar una nueva etapa con toda la alegría de mundo.